En primer lugar, en Sant Feliu En Común Podemos queremos abrir esta nueva etapa agradeciendo el apoyo de las 4.822 personas que nos hicieron confianza en las elecciones municipales del 26 de mayo. Y también las 22.000 personas que participaron con la voluntad de mejorar su ciudad. Nuestro objetivo es representar a todas ellas.

Una triple novedad ha surgido de esta contienda electoral; por primera vez, una mujer cabeza de lista es alcaldesa de Sant Feliu fruto de unas elecciones. Asimismo, se ha configurado un nuevo gobierno donde 6 de 10 miembros no gobernaban el mandato anterior y 4 de 10 tampoco eran concejalas en femenino. La novedad más destacable, sin embargo, es lo que esto significa en términos de oportunidad a una etapa tan decisiva como el mandato de las obras del soterramiento y de la planificación de la ciudad del futuro. Una etapa que pasa por dejar a las jóvenes y próximas generaciones una ciudad y un planeta donde puedan vivir bien.

Esta novedad es fruto de un pacto de gobierno entre Sant Feliu En Común Podemos y ERC, un acuerdo basado en una voluntad conjunta de promover y acompañar el gran cambio que experimentará la ciudad, haciendo hincapié en un sentido transformador de la realidad. Un pacto nacido de la coincidencia programática y de la facilidad de ambos grupos para encajar aspectos donde podía haber menos coincidencias. Un pacto que es subsidiario de aquel que reclamaron las urnas con un escenario de triple empate de las izquierdas en la práctica, y que las incompatibilidades contrastadas entre PSC y ERC impidieron. Se trata, por tanto, de un pacto en clave estrictamente local, por más que el PSC, comprensiblemente dolido, lo quiera desenfocar en clave nacional o identitaria.

Un gobierno que nace también para superar la política de bloques enfrentados y con la mano extendida a todos los grupos, especialmente al ganador de las elecciones por un estrecho margen, el PSC. Una mano extendida fruto de una también triple circunstancia; la voluntad de llevar a cabo una acción de gobierno lo más consensuada posible como señal de identidad, el hecho de que el gobierno lo es en minoría, y la coincidencia programática con el resto de grupos en temas de ciudad, que tendrá una enorme repercusión de cara al futuro, y que enmarca los sueños y las luchas compartidas por generaciones por una ciudad más amable.

Finalmente, un gobierno que suma experiencia y empuje y que dejará huella transformadora de manera visible en pocas semanas.